vivía resultó ser en una gran cueva, en la que nos refugiamos todos, incluso los animales, pues entre otras cosas a poco de llegar, cayó una gran tempestad y nos vino muy bien por que estábamos bajo resguardo.
viernes, 25 de marzo de 2011
TELEQUINESIS: HISTORIA HABASIS
El hecho de mover objetos con la mente se considere algo excepcional no siempre ha sido así, pues en épocas anteriores en algunos lugares era una forma de control de la mente sobre la naturaleza y las cosas, el uso de las manos era el destinado a personas que no tenían esta capacidad tanto menores como ancianos, y así nunca se dejaban de utilizar aunque en medida menor, pues siempre se decía prepárate para cuando no puedas utilizar la mente.
Los Hab-Baa-Ssi, pueblo de las montañas de Hab y Ssinia, sí utilizaban la mente para mover objetos, y otras muchas cosas, pues ellos mismos se levitaban como una forma de trasladarse entre montañas, pero normalmente por respeto a los demás no lo hacían cuando alguien que no pudiera estaba delante, pues entendían que era un insulto ante su falta de capacidad.
Este capítulo está sacado de unos libros escritos hace miles de años, sobre una mujer muy especial que para los Maestros Hab-Baa-Ssi, fue muy importante y cuyo nombre era Han-Amec.
TELEQUINESIS
Ocurrió que mi padre en uno de sus viajes que hacía repartiendo justicia, había escuchado, que existía un hombre que vivía solo en una cueva que tenía poderes especiales, y que se dice que curaba enfermedades y que hablaba con los descarnados.
Aquel hecho hizo que mi padre se interesase por él y así fue que cuando le dijeron donde vivía, antes de ir a buscarlo, hizo oración para ver si era conveniente el encuentro y así habló con EA, MADRE DE LA VIDA y le consultó el que fuera a verle y la sorpresa fue que no solo le dijeron que sí tenía que ir sino también que me tenía que llevar a mi, yo entonces tendría unos once años recién cumplidos de ahora, y os lo digo por que antes no teníamos el horario que tenéis ahora, ni tampoco los años ni el tiempo se media igual.
Mi padre se aseguró bien de que EA, Madre de la vida, era eso lo que quería y como se le volvió a asegurar bien, preparó un viaje para hacerlo cuanto antes y así me encontré en un viaje con la familia, pues mi madre no quiso quedarse sola y marchó con nosotros. Estuvimos buscando al hombre por espacio de una semana y cuando por fin encontramos donde...
vivía resultó ser en una gran cueva, en la que nos refugiamos todos, incluso los animales, pues entre otras cosas a poco de llegar, cayó una gran tempestad y nos vino muy bien por que estábamos bajo resguardo.
vivía resultó ser en una gran cueva, en la que nos refugiamos todos, incluso los animales, pues entre otras cosas a poco de llegar, cayó una gran tempestad y nos vino muy bien por que estábamos bajo resguardo.
El hombre era mayor tendría muchos años, con el pelo blanco y las barbas también, usaba un cayado y andaba ágil y fuerte. Cuando llegamos nos saludó desde dentro de la cueva, pero sin dejarse ver, aunque él si lo hacía, ya que nos decía cómo y donde teníamos que dejar las cosas que traíamos, y cuando no íbamos al lugar elegido nos corregía, pasó toda la tarde hablándonos, y nos indicó donde hacer fuego y cómo hacerlo, pero hasta el día siguiente no se dejo ver. Cuando estuvo en nuestra presencia lo hizo de repente y riendo nuestro sobresalto, ya todo fue bien.
Cuando llegamos y se nos presentó los acontecimientos dentro de una cueva cuando nosotros estábamos acostumbrados a estar al aire libre no nos gusto, aunque veíamos que la cueva tenía sus ventajas, tenía agua corriente, y un pequeño lago y luego descubrimos también que había también en su interior, una fuente de agua caliente, y los animales bebieron y se sintieron tranquilos, señal de ser seguro. La tormenta que pasó tuvo que ser violenta y la vimos desde cubierto y la verdad es que nos alegramos de estar bajo tierra, allí dentro lo único que notamos ese día y al siguiente es que el agua que caía lo hacía más frecuentemente.
Aquel hombre al parecer llevaba allí viviendo por espacio de más de tres años y lo hacía bastante bien, era vegetarianos y algunos animales venían a hacerle compañía y se sabían con ello a salvo, el mismo cuando vio que sus amigos los animales sabían advertido de nuestra presencia y que querían, huir les llamaba y se acercaban. Aquel hombre enterado del motivo que teníamos a la hora de hacer la visita no quiso hacer delante de nosotros nada que indicara que tenía algún poder.
Ocurrió sin embargo que mi madre advirtió que había algunos cacharros e incluso plantas en lugares inaccesibles por su altura y por el terreno en que estaba y a las preguntas de ella, hizo su primera demostración, vimos cómo una planta venía volando y se ponía delante de mi madre en el suelo, y mi madre y yo misma estábamos asustadas y mi padre se rió, no se si de nervios o porque le hizo gracia. Luego ocurrió que mi padre quiso coger la planta con sus manos y cuando quiso levantarla del suelo no lo pudo hacer, el hombre con el poder de su mente la estaba sujetando. Aquellas dos demostraciones de su poder mental nos asombró y nos asustó, pero dio lugar a que el hombre se abriera definitivamente y nos explicase todo lo que había ocurrido, y así decidió primero hacer la comida él, cosa que habíamos hecho nosotras hasta ese momento, en señal de respeto y también como regalo.
Nos dijo que nos sentáramos y él mismo se sentó en el lugar y vimos cómo venía la leña volando cómo se encendía el fuego en la leña, cómo venía un cacharro volando y cogía agua de un lugar y luego se ponía encima del fuego, cómo venían las verduras y cómo se limpiaban ellas solas, cómo venían semillas y cómo se lavaban en un lugar y salían volando y se metían ellas solas en el lugar para cocer.
Todo esto lo hacía el hombre sentado en el lugar que había elegido y sin moverse del mismo, aunque si movía la cabeza, vimos cómo cocía todo y con una especie de cuchara de madera lo removía, y luego añadía cosas y al final cómo nos lo servía en cuencos que tenía en algún lugar y que vinieron volando poniéndose enfrente de cada uno, esperando en el aire a que los cogiéramos, como así lo hicimos.
Vimos cómo la comida salía del cacharro que estaba al fuego, donde se había cocinado y entraba ella sola en los cuencos, sin que se vertiera nada por el camino, y vimos cómo él mismo había hecho lo propio, a nosotros nos había dado unas cucharas de madera pero él mismo no tenía nada con que comer, si no que la comida salía sola en pequeñas cantidades del cuenco a la boca.
Luego comimos, escuchamos y nos contó cómo de niño había caído a un agujero donde había quedado atrapado y sin poderse mover, y pasó tanta hambre, que deseó de forma muy intensa, que unas verduras que estaban cerca vinieran volando para que las entrasen en su boca, y notó que las verduras empezaban a moverse y lo volvió a intentar.
Aquello nos maravilló al mismo tiempo que nos hacía escuchar con atención y el anciano siguió contando su historia, así nos dijo que intentó por una segunda vez el que aquella verdura que estaba cerca de él viniera a su boca y volvió la verdura a moverse en su dirección, pero nada más consiguió y pasó como una hora y el hambre era mayor y la verdura a la vista y lo volvió a intentar, pero esta vez pensó muy bien cómo hacerlo, sólo quería las hojas de arriba así que pensó en torcer una sola hoja hacia un lado y hacia otro y luego tirar, así lo hizo con fuerza y vio cómo una de las grandes hojas hacía lo que estaba pensando, y cómo se rompió y cayó al suelo, entonces volvió a pensar que la verdura venía volando y se metía en su boca, y para su asombro la verdura lo hizo y como él mismo había pensado que el vuelo fuera despacio así ocurrió.
Aquella verdura era lo mejor que había comido nunca, la necesidad y las horas que llevaba sin comer le habían parecido eternas y aunque él mismo no era muy partidario de las verduras aquella fue muy especial. Comió una hoja y luego pensó que no tenía que desperdiciar el resto, pues no sabía cuanto tiempo podía estar en aquel agujero antes de recibir ayuda, pero entonces pensó si no daría resultado consigo mismo, es decir pensar con mucha fuerza que salía volando, y lo hizo y sintió algo pero nada más y volvió a intentarlo con mayor concentración y para ello cerró los ojos a fin de poderse concentrar mejor, y sintió unos fuertes tirones y unos raspones, y cuando abrió a ver que pasaba, se vio así mismo subiendo y quedándose encima del agujero a un metro de altura tal y como lo había pensado.
Aquello fue sorprendente, y habiendo salido del agujero, pensó en lo que tenía que hacer, desde luego regresar a casa, pero nada de esto podría contar, pues nadie le iba a creer y a lo más recibía algún golpe de su padre, que no era muy suave en sus maneras de educar. Empezó a practicar en el silencio de aquel que no puede compartir lo que tiene, y así cuando quería una cosa y la pensaba, lo primero que tenía que hacer es ordenar sus pensamientos, pues si estos salían confusos nada ocurría, pero si los ordenaba y ponía gran fuerza en ello, se conseguía el éxito seguro.
Tardó unos cinco años más, que cuando había ocurrido el accidente, del cual no había podido dar cuenta a nadie en su casa, pues le hubieran preguntado por la forma en que había salido y él ya dominaba con cierta facilidad los hechos, pero siempre en poca escala, aunque eso si, siempre era organizar primero sus pensamientos, tener tranquilidad y luego dar la orden a su mente para que se cumpliera lo que había pensado.
Cuando tenía quince años, marché de casa ya que mis poderes mentales no se podían ocultar más, pues se manifestaban en contra de mi propia voluntad, cuando por alguna causa quería algo, lo que quería venía a mí, y eso pasaba con las personas también, pero también ocurría que cuando alguien o algo me era contrario se marchaba bien voluntariamente o bien de manera atropellada. Aquello ante mis padres y las gentes de la comunidad no lo podían entender, yo mismo no lo podía explicar, hizo que se produjeran situaciones de cierta violencia en las que en una ocasión, un joven requería a una muchacha que me gustaba a mi, fue herido por un objeto que yo mismo le mandé sin darme cuenta.
Cuando me marché de casa pensaba que sería lo mejor, y al cabo del tiempo se me confirmaron estos pensamientos, pero aunque marché a otro lugar, me di cuenta de que no tenía sitio entre los hombres, pues estos una vez descubiertos mis poderes me temían y querían echarme del sitio, por eso me aislé y también por que me di cuenta de que me podía comunicar bien con los animales, así el que fuera muy fiero, venía a mi y no me hacía nada, y me traían cosas que yo mismo no podía encontrar y así es como he vivido muchos años.
Cuando sentía la necesidad de tener una mujer bajé a un pueblo y encontré a una que me convenía pero a ella no le ocurrió lo mismo, pues el vivir fuera de una comunidad era superior a sus fuerzas, así que después de convivir un tiempo se marchó de nuevo a su casa, aunque si tuvimos un hijo y a este le veo de vez en cuando, al parecer al niño no se le ha manifestado nada extraño, y si así fuera por un acuerdo con mi mujer, me sería traído para que viviera conmigo y yo le enseñase a controlar el don tan especial que tenía.
Luego más tarde, continuó el hombre, me hice sanador, me di cuenta de que tenía mucha energía en mi cuerpo, y con ella sanaba a todos los que venían, tanto personas como animales, y también con el conocimiento de las plantas me sirvió para ayudar a los demás, y mucho tiempo llevo haciendo lo mismo, pero lo que más me ha costado al principio era la soledad, luego cuando entendí el lenguaje de los animales ellos fueron mi compañía, y así ha ocurrido por espacio de casi cuarenta años y el anciano después de contar todo se calló. Estábamos asombrados, toda una vida en un cuarto de hora de charla, y todas las demostraciones que nos había hecho, habían sido para que nuestro asombro se convirtiera en admiración.
Cuando estábamos comentando todo lo que nos había contado y mi padre le estaba haciendo alguna pregunta y yo misma me había atrevido a hacer, y fue precisamente por algo que ocurrió unos minutos más tarde, mi pregunta fue sobre su hijo, al que al parecer hacía ya varios años que no había visto, y que sabía únicamente que era varón y que nació bien y prácticamente nada más, pues cuando se enteró de su nacimiento fue a verle y estuvo en el lugar dos días y en ese tiempo el niño tenía al parecer unos seis meses.
Lo que ocurrió a continuación de haberme contestado a mi pregunta, fue que el hombre se llevó las manos a la cabeza como si un gran dolor le hubiera dado en ella y profirió un pequeño grito, alarmados nos acercamos y mi padre quiso sujetarle por si se fuera al suelo, pero el rápidamente se repuso y se separó del grupo y ahora si quiero decir algo que nos llamó mucho la atención en todo momento había estado separado de nosotros y nunca había tenido ningún contacto físico.
Mi padre le preguntó por esta causa y él respondió que así no tenía más problema ya que si establecía contacto con alguien físico conocía de forma instintiva cosas de él, de su pasado y en ocasiones también de su futuro y eso no le gustaba, de su pasado por que se enteraba de los secretos de las personas y él entendió que eso no estaba bien, de la misma manera que no le gustaría que nadie se enterase de los suyos, y si era del futuro normalmente no era muy agradable y conocía que si se lo decía al que le afectaba luego le condicionaría su comportamiento.
Lo que le había ocurrido nos lo explicó, él sabía de forma intuitiva que algún día su hijo tendría una apertura de su mente y esa se había producido en esos momentos, y cuando mi padre le preguntó por donde estaba su hijo, le contestó que con su madre, pero que había tenido por primera vez una expansión mental. Como mi padre no entendió mucho, nos dijo que en breve su hijo aparecería por allí y se quedaría con él para aprender aquello que él había desarrollado con muchos años de esfuerzo y soledad, para su hijo sería mas fácil pues alguien le contestaría las preguntas y le tranquilizaría cuando no entendiera las cosas.
Nos explicó que las mentes de las personas allegadas, tienen un lazo de unión y que este no se rompe aun en largas distancias, tan solo si no funciona se estropea al cabo de un tiempo, en su caso, con su hijo, al tener la mente tan desarrollada había sentido de forma viva la expansión de su hijo. A la pregunta de mi madre, del por qué no marchaba en su busca pues le podría necesitar le contestó, si hago tal cosa no le dejaré su libertad, tiene que ser él quien escoja el camino de vivir entre los demás o venir conmigo, y mirar que yo se muy bien el futuro que le aguarda, y no es estar como yo solo, si no que él se dedicará a sanar enfermos de cuerpo físicos y del cuerpos energéticos.
A los dos días de esta conversación sucedió que llegaron en unas cabalgaduras dos hombres, una mujer y un joven eran el Principal de la Comunidad donde antes vivía el anciano y que ahora vivía la mujer y el hijo, y que estando enterado de todo lo acontecido con el padre también estaba al tanto de lo que tenía que hacer si al hijo le pasaba algo y lo que se había esperado había ocurrido.
El hijo había tenido una pelea con otro de la Comunidad y deseó que saliera volando y el muchacho salió y cayó en un río cercano, a más de cinco metros de distancia, por ello entendió que lo mejor era que alguien que conocía bien el tema, el padre enseñara al joven a encontrar la forma de dominarse. Por ello aquella misma noche se reunió la Comunidad y se determinó traer al hijo con el padre, y la madre dijo que ella no se quería quedar pero que si quería hacer el viaje para dejarle a fin de que no fuera traumático para el muchacho, así se hizo y así se presentaron y los recién llegados no quisieron entrar siquiera en la cueva, si no que dejaron al muchacho y dieron la vuelta y se marcharon con las menores palabras posibles.
Nosotros estábamos bastante asombrados y como el chico era mayor para mi yo le miraba con un poco de admiración, aunque me daba cuenta de que estaba asustado por vivir con su padre, al cual temían al parecer, por lo que le habían contado de el, y entonces vimos una gran demostración de amor.
El padre se ausentó rápidamente de la cueva y al poco tiempo vino con un pequeño cachorro de burrito que al parecer era de alguna madre que pastaba por allí cerca, el joven y el burrito rápidamente establecieron contacto pues su pelaje era suave y su hociquillo húmedo que daba gusto frotárselo y aunque a ellos les gustaba mucho, pues era uno de sus órganos por donde recibían la información de quienes trataban, así si se les acariciaba los lomos, apenas lo sentían, pero si lo hacías en el hocico, y por debajo de la barriga, les gustaba mucho, el muchacho debía de saberlo pues lo puso en práctica y a la hora de estar ya tenía un amigo.
El padre le hablaba en tono suave y no quiso hacer demostraciones de su poder para que no se asustase, y nosotros viendo que el anciano tenía trabajo, mi padre decidió marchar al día siguiente, no sin antes pedirle que se marcharan a algún sitio para que nos enseñara alguna cosa, sin que el joven lo viera como así se hizo.
A la mañana siguiente temprano, el anciano, mi padre y yo nos marchamos a hacer lo que le habíamos pedido, y el joven se quedó con mi madre preparando lo que sería la primera comida del día. El anciano nos llevó a un cercano arroyo en donde se metió en el agua y poniendo una mano en el agua se concentró pues se le veía con los ojos cerrados, al poco tiempo, a su alrededor acudieron cantidad de peces y cangrejos y también alguna serpiente de agua y ninguno se asustaba de los otros, todos alrededor del anciano, nadaban tranquilamente sin que nada les asustara, y cuando el anciano entendió que ya era suficiente volvió a meter la mano en el agua que había sacado, y todos se marcharon en orden y sin atacarse unos a otros.
Luego salió del agua y subió a una pequeña loma y extendió los brazos y se concentró y al punto empezaron a llegar animales voladores, unos bellísimos que no conocíamos, otros grandes y otros pequeños y todos se pusieron alrededor del anciano y ninguno se atacaba aunque se sabía que unos se alimentaban de otros.
Luego allí le dijo a mi padre que escogiera un lugar que haría brotar agua potable y mi padre muy escéptico, ya que eso le parecía imposible dijo que allí mismo y el hombre que parecía leer su mente le dijo, mira el poder de la mente es enorme y se agachó y tocó con la palma de la mano el terreno y se concentró y luego esperó y a los cinco minutos aproximadamente empezó a brotar agua y así lo bebimos y era magnifica, fresca y pura como pocas que hubiéramos tomado y luego dijo ahora veréis y metió la mano en el agua y se concentró y poco después se levantó y me dijo mete la mano en el agua cuando yo te diga y así lo hice y estaba caliente, y me dijo ahora tenemos una fuente de agua caliente, y dijo, pero mira que esto no es bueno para la naturaleza y se agachó y metió la mano en el agua y se concentró y al poco dejó de manar agua. Luego nos dijo quiero que veáis esto y se dirigió a un árbol que en apariencia no tenía frutas.
Tocó con las palmas de su mano el tronco del árbol y este pareció que resucitaba y brotaban hojas y ramas nuevas y las frutas en apenas unos minutos se maduraron y abrieron y olían estupendamente y el anciano me dijo, come y verás su sabor y así lo hicimos todos y llevamos a los demás, y nos dijo ya no tengo más que enseñaros estos son mis dones, esos y otro y es que tengo una voz interior que ha sido quien me los ha enseñado y nada más dijo y volvimos a la cueva después de comer marchamos dejando a un amigo.
CUENTO: LLEGÓ LA TORMENTA
Existen momentos en que las tormentas son deseadas y otras por el contrario temidas, así como si fueran seres vivos indican los cambios de temporada, término del invierno, y principio del mismo, y lo mismo de otras temporadas.
En el pasado llegó una nave de fuera de la Tierra, tenía la forma de un gran pájaro, tan grande que su sombra ocupaba todo el territorio que se podía ver y de él salían numerosas luces, algunas de distintos colores, pero también grandes ruidos, y grandes vientos que dejaban a su paso tan solo la tierra desnuda, y pasaba por aquel lugar una vez cada cierto tiempo.
Un joven que vivía en el lugar, ya estaba enfadado por el ruido, y por la destrucción, y así determinó marchar al lugar donde vivían y dar la queja, por si no tenían la cabeza suficiente para darse cuenta del mal que hacían, y marchó y marchó durante más de diez años, y llegó a un monte y vio que aquel pájaro bajaba detrás de él, y subió y se encontró, a la gran nave en el suelo, y que de ella salía, un pequeño mono de medio metro, con rabo y de color rojo, tenía pelos encima de los ojos, y parecía inteligente, y el joven se adelantó, dio la queja y esperó, y el mono, le contestó, tomo nota no volverá a suceder, pero piensa que tenía que hacerlo, pues se estaba formando el clima de aquel lugar, ahora he terminado, y ya todo es normal.
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