El día fue agotador, pues los de la Comunidad tenían que trabajar en el campo en la recolección y habían dejado a los niños pequeños a mi cuidado, y es sabido que el campo empieza antes de la salida del sol y termina después de que este ha dejado de alumbrar.
No es que me queje, simplemente digo lo que había ocurrido para que luego podáis entender lo que pasó, yo estaba agotada, pues sabido es que quince niños de distintas edades significan más de treinta problemas por minuto y el día tiene muchos minutos.
Además cuando conseguí que todos durmieran la siesta, después de comer y cuando el calor es más intenso, resultó que aproveché para preparar la cena a los que tenían que venir del campo, que como sabéis en una comunidad todos los trabajos se comparten. Ellos trabajan para mi en el campo, y el resultado de ese trabajo es mi alimento durante todo el año, yo hago lo que puedo por ellos, pero ese lo que puedo, tenía que intensificarse cuando todos también trabajaban más.
Con el mayor número de personas en el campo, el trabajo se termina antes, y se obtiene un grano a tiempo antes de que lleguen las tormentas y puedan destruirlo, si sabéis de campo conocéis lo que digo. Así pues cuando todos llegaron vieron todo el trabajo avanzado pero no lo había podido terminar y las mujeres me lo agradecieron, como era su costumbre con su cariño y sus atenciones, y eso era muy gratificante, me daba fuerzas para poder realizar el mismo trabajo al día siguiente.
Recordar que yo vivía en una Comunidad y que Gat, mi hijo, hacía viajes de largo recorrido y estaba muchos meses fuera, de tal manera que aquellas personas me eran queridas, y yo formaba parte de su familia.
Gat había encontrado esta Comunidad y un día me trajo a vivir con ella entendiendo que estaría mejor que en el pueblo donde antes vivía, con el que aunque había congeniado bien, como no era nacida en él, siempre sería una extranjera, sin embargo aquellas gentes con las que vivía ahora, habían venido de lejos para vivir allí.
Tenían unas costumbres y unas creencias que eran sencillas de entender y que para que podáis hacerlo os las diré dos reglas nada más: Primero, todo es de todos, y no existen bienes personales, salvo aquellos que la Comunidad quiera darle a alguien por algún sacrifico particular.
Segundo, todos se tienen a si mismo, es decir nadie es más que nadie, y todos dependemos de todos, aunque en la práctica es bastante difícil ponerlo en practica, se intentó y se consiguió, no existía un jefe, si no una reunión en la que todos tenían votos, y siempre se tomaban las decisiones por mayoría, aunque los problemas individuales y aquellos que surgían como es lógico se resolvían sobre la marcha y aquel que lo resolvía, todos aceptaban lo que había hecho, pues siempre se estimaba que se hacía con el mejor deseo para él mismo y con ello para los demás.
Aquellas personas formaban un conjunto de hombres y mujeres que habían unido sus vidas antes de llegar, eran catorce parejas, y en el momento de contaros esto, había dos jóvenes hembras casaderas y tres machos en el mismo estado que ya se estaban haciendo señas para emparejarse, luego eso si los niños cuyo numero ya os he dicho.
La anciana de todos era yo, y por tanto y siguiendo las costumbres de aquella época a la que cuidaban todos, pues tenía una gran sabiduría de cómo resolver muchos problemas que había tenido durante mi vida, así que esa experiencia la tenía que poner al servicio de los demás, era desde madre para unos hasta abuela para otros, pasando por todos los estados, de amiga y naturalmente de anciana que me llamaban según les gustara mis consejos o mis quejas.
La vida en el campo era dura pero no tenía muchas complicaciones, ya que los actos se repetían continuamente y conseguía dominar los inconvenientes, sin embargo alguna vez ocurría algo especial que alteraba aquel orden establecido y que parecía que daba una nueva vitalidad, una de estas cosas que ocurrió fue lo siguiente: Habían regresado del campo los adultos, y habíamos comido, y cada uno se estaba resolviendo sus problemas personales, cuando escuchamos un ruido de caballerías, y naturalmente eso nos alarmó, pues ya era noche entrada.
Los hombres se armaron y salieron a ver quien era, pero nada vieron, y aunque miraron por todas partes volvieron diciendo lo mismo, sin embargo el ruido de caballerías se volvió a repetir, y en esta ocasión estaban más cerca, eran varios jinetes, más alarmados volvieron a salir con mayores precauciones y nada volvieron a ver y así nos lo comunicaron.
Entonces salimos las mujeres, y aunque ayudamos a los hombres a mirar nadie vio nada y estando en esto se me ocurrió que aquellos ruidos podrían venir de muy lejos transportados por el viento, pero no había aire en movimientos en esos momentos. Estando fuera de las casas volvimos escuchar ruidos y esta vez parecía como si fuera de alguna batalla, pues las armas chocaban y los caballos gemían y los hombres gritaban tal y como se hace para asustar al enemigo, o para quitarse uno el miedo de encima.
Entonces delante nuestro en uno de los campos que teníamos en cultivo, los vimos, eran muchos, dos grupos armados se estaban atacando había hombres a caballo y a pie, y tenían extrañas vestiduras y utilizaban armas que ninguno habíamos visto, pues de algunas salían rayos y daban al adversario estando este lejos. Nos escondimos en las casas, pero rápidamente volvimos a salir, pues es sabido que los hombres armados las prenden fuego para hacer salir a sus gentes, y luego según salen los matan, mientras que si estamos fuera podríamos huir en varias direcciones y alguno podría salvar la vida.
Pero nadie nos hacía caso era como si únicamente estuvieran ellos y no se dieran cuenta de nuestra presencia, y bajó una pequeña niebla y los envolvió a todos, podría ser polvo de la batalla, pero el hecho es que seguíamos escuchándolos pero ya no viéndolos, y en un momento determinado llegó un poco de viento y el ruido también nos dejó. La niebla había sido barrida por el viento y con ella lo que habíamos visto, toda la batalla con los hombres y animales y también con sus ruidos.
Asombrados fuimos hasta el campo y allí no había nada ni nadie y volvimos todos comentando el suceso y este hecho se repitió durante tres noches y en una tarde en que el sol no brillaba pues había unas nubes en el horizonte que se lo impedía, luego no se volvió a ver más. Nadie se explicaba lo ocurrido y fuera de nuestra Comunidad en el pueblo vecino, nadie había visto ni escuchado nada y no tuvo explicación hasta que llegó Gat y nos explicó el acontecimiento.
A los pocos días, acaso un poco menos de un mes de ahora, llegó Gat, como siempre que lo hacía, para todos era una alegría, y una fiesta para los niños, los cuales estaban deseando que se marchara para que volviera y tuvieran su fiesta, y es que la costumbre lo había puesto en marcha así, a la llegada de uno de la Comunidad después de un tiempo sin estar, se tenía muchos que hablar y los niños jugar.
Gat traía muchas noticias, pues había tardado más de siete meses de ahora, y vuelvo a exponer lo de ahora, pues antes no teníamos el mismo calendario, si no que nos regíamos por las estaciones agrícolas y como sabéis estas varían, y por la Luna. Gat nos contó que había estado en dos ciudades, ambas muy lejanas de aquí y que había tenido que intervenir para ayudar a poner paz entre las dos, pues la guerra era su única forma de resolver los problemas.
Nos dijo que cuando marchó de nuestra compañía, su Intuición, le guió hacia un lugar alto desde donde podía ver una gran extensión de terreno y allí le estuvo hablando EA, MADRE DE LA VIDA durante varios días y entre las cosas que le dijo era que toda aquella extensión, un día era una ciudad y que esta había desaparecido por motivo de la guerra con otra ciudad, también destruida, se le dijo las causas y sus consecuencias, y las causas en verdad no eran tan importantes, pero tal cosa había ocurrido.
Después nos contó que EA, MADRE DE LA VIDA le había enviado en una dirección en la que con la cabalgadura que llevaba tuvo que andar más de un mes de ahora, y entonces llegó a una gran llanura donde había una gran ciudad, pero según se acercó le salieron soldados emboscados y tuvo que demostrar que venía de lejos y nada tenía que ver con sus contiendas. Le dejaron paso y se enteró que estaban en conflicto con otra ciudad hermana a la que hasta hace poco tenían un gran aprecio, y con la que tenían muchos lazos de sangre y comercio, pero que sus reyes habían tenido problemas por una mina de sal que había sido descubierta recientemente.
Sabido que la sal es necesaria para la vida del hombre y de los animales, así que la ciudad en cuyo territorio estaba empezó a explotarla y a orientar su comercio en este sentido con lo que empobreció a la otra, así pues una de las ciudad florecía y la otra se perdía, y esto había dado como consecuencia a que la poderosa se buscara un buen ejercito, pues tenía riquezas para pagarlo que la protegiera, y la otra se vio amenazada.
El estallido entre ambas había surgido cuando resultó que las minas de sal fueron asaltadas y se demostró que habían sido personas pertenecientes a la ciudad que había empobrecido, sus gentes sin muchos recursos habían estado sufriendo, viendo cómo perdían lo que tenían y decidieron algunos coger lo que a los otros les sobraba. Gat había llegado cuando llevaban más de un año de luchas aunque sin declarar la guerra, eran simplemente luchas de pequeñas partidas de ejércitos que se vigilaban y asaltaban cuando los otros eran menor en número.
La ciudad que se había enriquecido mandó traer armas desconocidas que ocasionaban la muerte desde lejos y que parecía que con ello desnivelaba definitivamente la balanza a su favor, pero una de las partidas fue asaltada y quedó en manos de la otra ciudad y volvieron a quedar niveladas, con el agravante de que ya si se declararon la guerra.
La situación geográfica de ambas les permitía vivir ignorándose si eso querían pero prefirieron atacarse y poco a poco los dueños de todo fueron los guerreros que vinieron de muchos lugares al olor de la lucha y de la riqueza fácil.
Gat había sido enviado por EA, MADRE DE LA VIDA tal y como se hacía con los antiguos profetas, a salvar a la humanidad de un peligro cierto, y se encontró con que nadie quería escuchar a un extranjero y menos si no tenía un gran ejercito. Estando así, y habiendo recorrido las dos ciudades, Gat, resolvió dar a mostrar el poder que se le había dotado para poner en orden las cosas.
Todo esto nos contaba Gat, y nos siguió diciendo, que visitó la ciudad más cercana a la que tenía de camino de llegada, y viéndola la recorrió y en ella tardó más de tres días, salió de ella y se puso delante de sus puertas, y allí a la vista de los soldados levantó las manos y entonó una canción y al punto las murallas que tenía la fortaleza se derrumbaron y el suelo se elevó y así donde antes todo era llano había surgido una pequeña colina y donde antes podía vivir las personas alrededor de un pequeño río, ahora lo tenían que hacer lejos de aquel. No se produjo ninguna muerte, aunque sí muchos cambios en su interior, pues aquello que estaba protegido se había quedado al descubierto.
Marchó a otra ciudad y aplicó el mismo sistema, y así se vieron ambas imposibilitadas de pensar en algo que no fuera protegerse a sí mismas, pues una aún no tenía noticias de la otra. Hecho esto Gat se dio a conocer, y se dijo le había enviado EA, MADRE DE LA VIDA, y se les dijo que tenían tres días para pensar, que en ese tiempo quería una misión de paz a medio camino entre las dos ciudades, y él mismo estaría allí. Diciendo esto volvió a dar muestras de su poder y así hizo que una gran tormenta apareciera y allí cayera una enorme cantidad de agua que hacía que las gentes no pudieran pensar otra cosa que en guarecerse y esperar, y mientras lo hacían tenían tiempo para pensar en lo que se les había dicho. Lo mismo hizo con la otra ciudad y a los tres días tenía las dos misiones de paz en el lugar indicado.
Gat puso las condiciones de la paz y los dos las aceptaron y puestos de acuerdo dispusieron que aunque una de las ciudades tenía las riquezas, la otra se encargaría de comercializarla, y para ello hicieron un emplazamiento fijo, en el mismo lugar en que estaban, y allí, unos traerían la sal y otros la preparaban para el comercio, y de todo mitad por mitad se repartía la ganancia. Aunque aquello parecía que favorecía a unos, se vio pronto que el trato era justo.
Pasaron unos días en que Gat vivió con unos y luego con otros y recibiendo el encargo de EA, MADRE DE LA VIDA de retirarse se puso delante de una de las ciudades y levantando los brazos entonó un cántico, diferente al que había producido la destrucción, y se produjo otro terremoto, el monte volvió a ser llano, y las murallas y todo lo destruido se restauró, y todo volvió a ser como antes. Lo mismo hizo con la segunda ciudad y hecho esto llamó a los responsables de las dos ciudades y les dijo: Habéis firmado un pacto y yo soy vuestro testigo, si lo rompéis volveré..., y no dijo más, y los otros entendieron, y luego se marchó, regresando.
Cuando todo esto lo contaba Gat los de su Comunidad, que le conocían le festejaron por su éxito pero yo Han-Amec le volví a preguntar por lo que habíamos visto y él nos explicó lo siguiente: Cuando existe una gran reunión de gente portadora de objetos metálicos que se mueven y chocan a gran velocidad se produce una gran acumulación de energía y esta se puede trasladar a otros lugares por alguna causa, posiblemente debajo del terreno donde lo hayáis visto contenga algún mineral o corriente de agua subterránea o similar, que produce el efecto de atraer la energía. Así de otros lugares se trasladó en forma de imágenes y sonidos, pero mirar que si hubierais entrado en el campo donde veis eso se hubiera roto la atracción, pues vosotros mismos sois de energía y se hubiera concentrado en atraer la vuestra.
Yo le entendía, los demás no, y Gat continuó explicando: mirar que es posible ver acontecimientos que hayan ocurrido en los mismos lugares o en lugares cercanos muchos años atrás, y se ve y se oye como si se estuvieran produciendo en el momento. Esto fue lo que contó y yo os lo digo para que lo conozcáis.
Yo me desperté, todo había sido un sueño cuando me levanté y hablé con la gente, ésta nada sabía, pero cuando llegó Gat unos meses después y le conté mi sueño me dio la explicación que os he expuesto, y que mi sueño había sido influenciado por la energía del hecho y la suya propia que deseaba verle volver.