martes, 15 de octubre de 2013
El puente interno: Cuento
Salió dispuesta a estar atenta a
todas las señales que se le presentaran en su camino. El ángel del sueño había
sido muy explícito: “recibirás las respuestas que buscas. Sólo has de fluir y
ser canal, como los árboles…”
Paseó por las calles bulliciosas en
un estado de constante atención, plenamente consciente, apartando la tendencia
de su mente a desplazarse al pasado o a proyectarse al futuro, acortando el
tiempo al ego para centrarse, exclusivamente, en el presente.
Se dirigió a un magnífico parque de
altos y frondosos árboles que se sitúa al oeste de la ciudad. Una vez en él, se
sentó bajo un imponente abeto que apuntaba al cielo. Respiró profundamente y
observó cuanto palpitaba a su alrededor. El sonido de los pájaros, los colores
cambiantes de los árboles, el crujir de la hojarasca bajo los pies de los
paseantes, los motores amortiguados de los coches, el ladrillo de un perro en
la distancia, la calidez de los rayos del sol…
En ese momento, comenzó a sentirse
ligera, muy ligera y a elevarse como si saliese de su cuerpo. Lo curioso era
que podía verse sentada en el banco bajo el árbol, tal cual estuviese entre las
ramas del mismo. Se sintió fundida con la vida.
Podía latir al ritmo acompasado de la savia del abeto.
No entró a juzgar ese estado, ni a
racionalizarlo, ni a cuestionarlo, simplemente se dejó llevar. Se identificaba
con toda la vida que la rodeaba.
Fue cuando escuchó una voz
silenciosa que la envolvía.
-¡Bienvenida! Has cruzado el puente.
Resultándole muy familiar, como si
viniera de ella misma, respondió:
-¿A qué puente te refieres?
-Al puente interior. Es sutil y
próximo, muy cercano a las almas humanas, pero a eones de distancia de los
pensamientos habituales.
-¿Qué pensamientos son ésos?
-Pensamientos cargados de energía
mental. La que mueve al mundo que crees habitar, la que alimenta la separación
y la distancia, la que enciende el motor del mundo físico de la materia y lo
somete a frecuencias de baja vibración. Pero encontraste la puerta…
-No he visto ninguna puerta…
-Diste con el resorte de la energía
espiritual. La que conecta al ser humano con su verdadero ser, con su esencia
divina. La que le permite trascender al ego y elevarse más allá de lo tangible,
la que desintegra las ilusiones de separación y conduce a la unidad de todo lo
creado.
-¿Y ahora qué? Me siento muy bien en
este estado, pero mi cuerpo me llama…
-Habrás de volver a él, pero en la
memoria de tus células se habrá activado este resorte y ya nada podrá volver a ser como antes.
Verás y sentirás todo desde...
lunes, 14 de octubre de 2013
Cómo desintoxicar la glándula pineal (purificando el micro-portal infinito)
La glándula pineal es un misterioso epicentro de la anatomía humana, cuya sensible complejidad desafía a la ciencia actual y protagoniza milenarias alusiones.
Por: Javier Barros Del Villar
Con escasos 5-8 milímetros de tamaño, la glándula pineal es un misterioso epicentro de la anatomía humana. Ubicada entre los hemisferios cerebrales, junto al tercer ventrículo (digamos que un par de centímetros arriba de tu entrecejo, y a la mitad del camino entre tu frente y tu nuca), se encarga de liberar, entre otras funciones, la hormona conocida como melatonina. Además, tiene propiedades ‘foto-sensibles’ –utiliza la luz solar para inducir variaciones anímicas–, por lo que es fundamental en la regulación de nuestros biorritmos.
Aparentemente existen alusiones milenarias a este diminuto órgano. Algunos afirman que se trata del ‘tercer ojo’ o la “ventana de Brahma”, referidas constantemente en el hinduismo, o el “ojo de Horus” entre los antiguos egipcios. También podría estar presente en diferentes pasajes bíblicos, por...
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