de Unidad y de Polaridad
domingo, 12 de febrero de 2012
Hay que re-equilibrar el Principio Masculino
de Unidad y de Polaridad
Siempre formamos parte de alguna Unidad -tan
alta o chica como nuestra comprensión alcance-, y dicha Unidad siempre
está conformada por dos aspectos de naturaleza complementaria:
Lo
femenino matricial receptivo y lo masculino patrilineal activo; lo uno
sin lo otro no funciona; no está en nuestro albedrío prescindir de uno
de tales aspectos, es como la electricidad que requiere de negativo y
positivo.
El Principio Masculino en nuestra atrofiada sociedad no ha
sido negado ni debilitado como el femenino, pero ha sido falazmente
exaltado hasta distorsionar su naturaleza y funciones.
He aquí la otra
razón por la cual a la sociedad Imperial no le interesa que se conozca
lo maya, porque el dilema viene desde la cuna, desde nuestro nexo con la
madre; por ello las academias sostienen que la sociedad se creó en
Babilonia, a la sombra de la Torre de Baabel, de la torre de la
confusión donde prosperó el Imperio, donde nació
la Historia nos dicen y que es la cuna de la Humanidad, donde se
crearon las lenguas, todo lo cual es sencillamente falso, pues, cinco
mil años de sometimiento imperial no borran millones del suceso
evolutivo.
La existencia del imperio deriva del actuar político, muy
propio del principio activo y protagónico del masculino envalentonado en
la búsqueda del poder por la fuerza; pero habrás observado que en la
Reflexión 5, entre las ocho grandes ramas del saber no figura la
política, porque es un derivado de las demás.
Las creaciones mal habidas
se derrumban como edificios en la arena.
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