UN CUENTO REALIDAD: "LA NEGRA PRESENCIA"

En la antiquísima Grecia, por más allá o más acá en el tiempo lineal, existió un notable Maestro, cuyas platicas eran muy conocidas, estaban bien consideradas, tanto por sus alumnos como por otros tantos y diversos oyentes, que acudían a escucharlo, cuando el Maestro se disponía a impartir conocimiento a los demás. Todos decían que cuando él hablaba irradiaba un ambiente placido, lleno de armonía y equilibrio percibido hasta por el más sutil de los sentidos.

En cada platica que el Maestro regalaba a su auditorio, siempre incluía su máxima “Mis platicas no son para os las creáis sin más, ni para que me sigáis a mí, ni para que me hagáis regalos que ya sabéis no acepto. Solo os pido que investiguéis en busca de la verdad, y no por lo que otros os digan, sino por lo que cada uno experimente y compruebe por si mismo.”

En una ocasión fue ha escucharlo una persona afamada por tener el don de la videncia, al terminar la charla, un grupo de personas que conocían de su habilidad, se le acercaron curiosos y deseosos por escuchar la opinión de este.
El vidente les dijo que había visto junto al Maestro, una presencia femenina oscura, negra., solo se limito a decir lo que había visto y no hizo ningún comentario más, no enjuicio en absoluto.

Sin embargo este simple comentario causo un gran impacto entre los que escucharon, ya que este termino de oscuro, negra, fue hábil mente manejado por sus enemigos envidiosos, traduciéndolo como algo maligno, distorsionaron el mensaje dado por el vidente.

Al correrse la noticia, la desconfianza se apodero de un gran número de sus oyentes y alumnos, disminuyéndose así la audiencia a sus acostumbradas oratorias.
Al Maestro nada de esto le preocupaba y a todo aquel que se le acercaba a preguntarle, les decía que aquello que la vidente había visto era correcto, ya que con el trabajaba una presencia Maestra energética a la que había descrito como oscura, negra, porque este era la raza a la cual pertenecía esa Maestra, que había nacido hacía muchos años en las tierras, que hoy conocemos como Etiopia, y que era una Maestra Habasi.
Esta era una de las razones por las cuales en sus pláticas la energía que se respiraba era la de la armonía, ya que las energías de ambos Maestros eran afines entre ellas, y tenían el mismo objetivo: trabajar en beneficio de la Humanidad altruistamente.

Hubo otros muchos secretos que el maestro calló y que solo desveló, a aquellos que como dicen los sabios, después de un zarandeo al árbol solo queda en él, la fruta que estaba bien sujeta.

La moraleja a este cuento, la podemos encontrar en aquella canción que Antonio Machin (cubano de piel negra) hizo tan famosa, que dice “Pintor que pintas iglesias, pinta angelitos negros, que también se van al cielo todos los negritos buenos. Pintor que pintas con amor, porque desprecias mi color, si sabes que en el cielo también nos quiere Dios”.

Hay personas que olvidaron que entre los tres reyes Magos, había uno negro (de piel oscura), otros piensan que los seres de luz o Maestros Ascendidos solo pueden ser altos, rubios, de ojos azules, y por supuesto de piel blanca; pero ya sabemos que existen Maestros-Maestras de todas las razas.

Cuando los sentidos están despiertos y afinados los más sutiles (entre ellos la INTUICIÓN), junto a una Mente abierta, libre de juicios y prejuicios, ese es el Camino para adquirir, el Saber del Conocimiento ancestral (la “Gnosis Integral”).

Firmado: Agua-Dora.