jueves, 24 de junio de 2010
LA INTUICIÓN: EL CAMINO DEL CONOCIMIENTO
La intuición comienza en si misma y es quien nos gobierna guiando nuestra percepción y nuestros pensamientos.
Por ser fulgurante y no verbal, nuestra mente racional, tiene una cierta dificultad para entenderse con la Intuición. Viene a ser la función “por defecto” de nuestro cerebro, es decir, la que interviene cuando no aplicamos el pensamiento racional.
Hay intuiciones fuertes y débiles, pero todas se nos revelan de una forma sutil.
Hay que estar muy atento y tener la mente en calma para reconocerlas.
Freud evidenció la existencia del inconsciente y Jung fue aún más allá
postulando la teoría del inconsciente colectivo, un espacio común en el cual todos estamos unidos con todo.
La física cuántica sugiere que todo el Universo es un único e inmenso campo, donde la energía y sus manifestaciones están íntimamente relacionadas entre si.
Desde siempre el ser humano ha intentado acceder a su esencia para escuchar los susurros de la intuición.
El recogimiento y los diversos rituales religiosos son ejemplos de esta búsqueda interior.
La intuición, reconocida como multiforme voz interior, puede también mostrarse desde fuera de uno mismo, mediante epifanías.
En su manifestación quizá más cotidiana, nos permite leer entre líneas y conocer los sentimientos de los demás, al margen de sus palabras.
La intuición, joya de la corona de nuestras facultades, es el sentido verdaderamente humano, que no compartimos con los animales ni con las máquinas.
Ella está detrás de muchos logros en materia de creatividad e innovación y ha resultado clave en numerosos éxitos científicos, artísticos, deportivos..
Quizás por ser tan silenciosa y elusiva, la intuición recibe muy poca atención de nuestra parte. Frívolos y dispersos no sabemos que nuestro futuro individual y colectivo depende totalmente de sus indicaciones.
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