viernes, 27 de enero de 2012
La inmunidad puede ser controlada por la mente
Un ser humano puede influir en su inmunidad con un sólo pensamiento.
Así lo revelaron científicos australianos tras un exitoso estudio.
Los investigadores de la Universidad de Australia del Sur realizaron un
experimento en el marco del cual varios voluntarios fueron vacunados
con histamina, un compuesto orgánico involucrado en las respuestas
locales del sistema inmune (en la imagen), y midieron la intensidad de
la reacción.
En el experimento fue utilizada la “ilusión de la mano de goma”,
que consiste en que el participante puede desarrollar la ilusión de
sentir todo que le pasa a una mano artificial puesta junto con él y a su
vista, como si fuera su propia extremidad. Los científicos
australianos pusieron a la vista de sus voluntarios una mano de goma y
ocultaron su mano real, inyectaron la histamina en la mano artificial y
simultáneamente en la mano real. Durante otro experimento, ambas manos
de los voluntarios fueron inyectadas con la histamina, sin recrear
ninguna ilusión.
Resultó que cuando los participantes se encontraban bajo el efecto de
la ilusión, la reacción alérgica fue mucho más intensa. Los
investigadores lo explicaron con la acción del cerebro, que controla el
sistema inmunológico.
Cuando los voluntarios vieron que les inyectaron (en el segundo
experimento sin recrear ilusión), entendían que en realidad no corrían
ningún peligro, y tuvieron una reacción alérgica moderada. Pero cuando
ellos vieron que la inyección fue puesta en la mano de goma, el cerebro
“creyó” que este procedimiento no podría tener ninguna consecuencia.
Por eso “dejó de controlar” los procesos en su extremidad natural que
correspondía a la mano de goma (como si esta mano ya no le perteneciera,
algo que los científicos describen como si la mano fuese “rechazada”) .
Según comentaron los autores del estudio, estos experimentos comprueban
la idea de que el control que el cerebro ejerce sobre varias partes del
cuerpo depende de cómo sentimos que esas partes nos pertenecen.
Los investigadores subrayan que su descubrimiento podría ayudar a
establecer nuevos vínculos entre varias enfermedades autoinmunes, por
ejemplo la esclerosis múltiple, y varios trastornos psiconeurológicos en
los que el paciente sufre la alteración de la percepción de su propio
cuerpo, tales como el derrame cerebral, la esquizofrenia, el autismo,
epilepsia o anorexia nerviosa.
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