Esto es un hecho comprobado por los antiguos, aunque hoy día se ha negado, y enmascarado detrás de las religiones, que han hecho que no se supiera la verdad, una verdad que tan solo ellos conocen, que han administrado a lo largo de los tiempos, según su propio criterio.
Ellos LOS ESPIRITUS DE ORION, vinieron de aquel sistema solar, conquistaron toda la Tierra y con ella a una especie dominante por su numero, a la que manipularon genéticamente, alterando sus cerebros para que sus larvas pudieran vivir en el interior de estos, así se produjo una gran alteración de un SER que estaba evolucionando correctamente según sus propias cualidades, esta evolución natural se vio truncada y sometida al invasor, que con sus manipulaciones genéticas, abrieron su cerebro, cambiaron sus circuitos, desviando la energía nutridora del circuito principal, de tal manera que esta energía pasara primero por un lugar, en el cual ellos habían puesto sus larvas, que al desarrollarse se hacían con todo el control del resto del cerebro del parasitado, y por tanto el control del individuo, dominándolo desde dentro de si mismo, haciéndole hacer lo que este quisiera, llevándolo a donde le conviniera, ya que su único objetivo era el mismo y aquel que le servía de escudo y de protección nada le importaba, pues era un ser inferior.
Estos seres dominantes en el interior de nuestros cerebros, nos impusieron sus etapas de evolución, y son ellos mismos los que nos hacen hacer aquello que ellos quieren que hagamos, sin tener en cuenta nuestra propia genética, impidiendo que desde dentro de nuestros cerebros surja, con la suficiente fuerza y pureza como para expulsarlos, pues eso es lo que ocurre cuando alguien llega a un determinado nivel de desarrollo, y por un acto voluntario, expulsa de su interior al Espíritu de Orión, llamado también del mal y de la violencia, siendo este fenómeno algo que al parasito no le gusta, evitándolo en lo posible.
Por tener el Espíritu de Orión dentro tenemos una forma de ser particular, somos violentos y aguerridos, tenemos odio y dolor, tenemos vejez y también somos carniceros, pues así es como tenemos que funcionar, es decir vivir, para que ellos puedan conseguir la energía necesaria para ellos en nuestros cerebros, una energía oscura y espesa que les es necesaria para crecer y llegar a ser adultos, y nosotros somos así no por nuestra propia naturaleza, sino por la naturaleza de aquel que tenemos dentro, que nos obliga a ser de esa manera.
Algunas religiones tratan de combatir el Mal que tenemos dentro, y tratan de expulsar al Espíritu negativo de Orión, por medio de practicas, que tan solo en algunos casos son reales y efectivas, y en otros no lo son y siguen estando en el cerebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario