martes, 30 de agosto de 2011
LOS DESCARNADOS
En Hab y Ssinia ( Etiopía ) existen varias Religiones, pero también creencias propias del mundo antiguo, que no entran en conflicto nada más que cuando las Religiones son incapaces de admitir que son un maravilloso pueblo con una cultura milenaria, y con unas costumbres y creencias basadas en la naturaleza.
A veces los pueblos de África han sucumbido ante la muerte y el terror de los Europeos, y como no han sido capaces de enfrentarse con la misma fuerza y se han convertido en colonias de Europa, sus hijos, en algunas ocasiones tratados como esclavos, no han sido respetados como hombres si no tratados como animales, su desnudez, el hecho de que tengan creencias propias y que se resistan a ser anulados culturalmente, ha sido motivo para su exterminio en algunas tierras enfrenándoles entre si, y llevando pueblos de unos lugares a otros, para debilitar a los fuertes, al final lo mejor que tiene África su gente, saldrá adelante, pero es tiempo de sufrir el colonialismo, sea Físico, Económico, Religioso o Cultural.
Este capítulo está sacado de unos libros escritos hace miles de años, sobre una mujer muy especial que para los Maestros Hab-Baa-Ssi, fue muy importante y cuyo nombre era Han-Amec.
LOS DESCARNADOS
Ocurrió durante el tiempo que dura la niñez adulta, que es cuando los niños tienen sobre unos ocho años y empiezan a hacer preguntas y a interesarse por todo aquello que ven o que oyen y todo lo quieren entender, aunque sus mentes no comprendan nada, sin embargo necesitan asegurarse por medio de la comunicación con las personas de confianza que existen las cosas. Esto me ocurrió a mí, y os recuerdo que mi nombre es Han-Amec.
Por vivir en nuestra tierra y ser de nuestra raza y por el estar en contacto continuo con la naturaleza nuestros propios organismos tienen un desarrollo mental y físico a unas edades más tempranas que vosotros que vivís en lugares distintos y sois eminentemente urbanos.
Un día vi dentro de nuestra casa a una mujer, no era como las demás mujeres ya que vestía de forma diferente y se movía también de forma diferente, su presencia también fue advertida por nuestro burrito que vivía con nosotros dentro de...
la vivienda. Nosotros teníamos unos burritos que les utilizábamos como animales de carga cuando hacía falta, pero sobre todo como animales de compañía, eran fieles y cariñosos, y su tamaño no solía ser superior al metro de altura, aunque eran fuertes y fieros cuando hacía falta para defenderse ellos o a sus amos, vosotros tenéis ahora un animal que hace lo mismo, el perro, aunque no vale tanto como nuestro burrito, pues aquel también nos llevaba encima cuando hacía falta.
El animal, vivía con nosotros y era muy limpio, pues estaba enseñado a hacer sus necesidades fuera de casa y a comer también fuera, y tenía dentro del hogar un lugar donde dormir y le manteníamos limpio, pues cuando íbamos a por el agua que teníamos que recoger todos los días del río, en muchas ocasiones venía con nosotros y se bañaba, y le bañábamos también, pues era nuestro juguete particular de cada familia. Todas tenían como mínimo uno, nosotros también.
Aquel simpático burrito también advirtió la presencia de aquella mujer pues estaba tumbado y levantó la cabeza y se incorporó observando lo que hacía y sobre todo cuando se acercó la mujer a mi, se levantó y se puso en medio, pero asombrosamente aquella mujer pasó a través de nuestro burrito y se acercó a mi.
Yo la miraba de frente a los ojos, y ella se paró y se puso frente a mí, como a medio metro y me miró a los ojos, luego me sonrió y vi sus dientes. Nuestro burrito reaccionó rápidamente y metió la cabeza entre la de la mujer y la mía, lo que hizo que ella se sorprendiera y se alejara al mismo tiempo que decía algo pues la ví mover la boca, pero no la escuché nada, entonces se me ocurrió saludarla y así lo hice, de palabra y también con un gesto y la pregunté por su nombre y al mismo tiempo la decía cual era el mío y también el nombre de mi burrito al que había cogido por el cuello y que estaba tan dispuesto a defenderme.
Pasaron unos momentos y escuché en el interior de mi cabeza ya que no había escuchado ningún sonido, que me llamaban por mi nombre y me hablaban con tranquilidad, era aquella mujer, y se volvió a acercar y el burrito la dejó y así se sentó en el suelo y yo hice lo mismo y me dijo que se llamaba Isis, y que había vivido en aquellas mismas tierras hacía muchos años y que ahora llevaba muerta también muchos años y que lo que veía era su cuerpo energético que conservaba la figura de mujer que tuvo, pero cuando era joven ya que ella murió siendo muy anciana. La hice varias preguntas y me dijo que a todo tenía contestación, pero que antes de nada para hacer las cosas bien, que fuera a mi madre y que le contase lo que había visto, pues si mi madre me daba permiso podríamos volverla a hablar, ya que no quería ir contra la autoridad de la casa.
Eso hice y me levanté y cuando iba a salir de la casa la vi de pie y diciendo adiós con la mano y el burrito a su lado, él ya la había aceptado y eso luego me sirvió para tranquilizar tanto a mi madre como a mi padre.
Salí corriendo buscando a mi madre que en esos momentos no se encontraba en casa, y cuando la encontré la llamé aparte, y aunque ella se resistía pues era la hora de hacer la comida comunitaria, que era la forma de hacer las cosas, pues habéis de saber que el vivir en una comunidad tiene más ventajas que vivir en solitario, una de las ventajas es que determinadas cosas se hacen en común, tales como lavar la ropa, plantar, recoger la comida, hacerla, fiestas y alegrías y también por supuesto despedidas a los vivos, cuando se descarnan.
En aquel caso era la hora de hacer la comida, los granjeros y los cazadores no había vuelto, y así cuando la comida estuviera lista, nos daban primero a los niños de comer, para que cuando vinieran los hombres no hubiera molestias de por medio y ya nosotras que siempre teníamos que comer lo mejor, no nos quedásemos sin ello por la apetencia de los mayores.
Cuando conseguí sacar a mi madre del lugar donde se cocinaba, que era una casa cuadrada grande techada pero sin paredes, y en el centro una serie de piedras bien apiladas para hacer fuego, y a los alrededores leña para el fuego y también había algún tronco donde las mujeres se sentaban mientras preparaban la comida o la hacían.
Cuando mi madre me escuchó se puso muy seria, y me dijo, repíteme eso pero muy despacio para que te pueda entender bien, y le conté todo lo que había visto y escuchado, ella se puso las manos en la boca como si se asustase mucho y me pidió que no se lo contase a nadie, que primero se lo tenía que consultar a mi padre.
Aquello me preocupó, y más cuando ella volvió con las mujeres, se excusó y vino conmigo a la casa y cerró la cortina que teníamos como puerta, y entró despacio mirando a todas partes y nada vio, y así me preguntó en voz baja si veía a la mujer y esta seguía ahí y yo si la veía y el burrito se había echado a sus pies y así se lo dije a mi madre, y entonces ella se puso de rodillas y hablando en la dirección del burrito dio la bienvenida a la casa a Isis.
Mi madre se había puesto muy nerviosa, puesto que aquellas gentes con las que vivíamos tenían una Diosa con el mismo nombre, y era peligroso interferir en sus creencias. A mis padres EA, Madre de la vida que les respondía en sus oraciones les había explicado algunos pormenores de los dioses locales, y naturalmente de Isis como Diosa venida del mundo de los Atlantes. Mi madre de rodillas habló lentamente pidiendo perdón por cómo estaba la casa, y de que no estuviera su marido para darle la bienvenida, y muchas cosas más que ahora no recuerdo, pero estaba tan nerviosa que hablaba y cuando paró para coger aire, aquella mujer levantó la mano y mi madre guardó silencio. Yo vi que Isis contestaba y la escuché y se lo dije a mi madre, pero ella nada había escuchado, nuestro burrito también había escuchado pues se había levantado la cabeza de donde estaba descansando.
Isis dijo que no tuviera miedo, que se levantara del suelo, que ella no era la que consideraban Diosa si no una mujer que había tenido ese nombre mientras vivía, y que había sido contactada de EA, Madre de la vida, y que ahora estaba allí enviada por EA, Madre de la vida, para enseñarme a mi, y poder de esa manera prepararme para lo que luego tenía que hacer, pero que para ello naturalmente y manteniendo el orden de las cosas pedía permiso a los padres, ya que ellos también escuchaban a EA, Madre de la vida y así pidió que comprobaran lo que decía.
Ella marchó de casa diciendo que regresaría por la noche cuando volviera mi padre, mi madre volvió a sus quehaceres haciéndome comprender que hablar de ello podía ser motivo de que corriéramos algún peligro. Cuando vino mi padre y se enteró de todo, no se preocupó pues él si conocía que de vez en cuando sucedía tal cosa, aunque mi madre no estaba informada de ello, y por eso se había alarmado, así que cuando fue el momento oportuno él con mi madre se puso a hacer oración, y yo calladita y de lejos los veía cómo lo hacían de rodillas y tocando con la cabeza el suelo, y vi cómo ellos recibían respuesta pues se levantaron sentándose y escucharon y asintieron todo ello en silencio, y cuando hubieron terminado me llamaron y me dijeron lo siguiente:
Mira Han-Amec, la persona que esta mañana ha estado en casa es una mujer muy especial hija de EA, Madre de la vida, que un día vivió en estas tierras y que fue importante y que estaba destinada para una gran misión que no se pudo realizar, pues no dependía únicamente de ella y la otra parte falló, ella fue hasta su muerte muy querida y respetada por las gentes del lugar.
Cuando a mi padre le llegó la contestación en la Oración, quiso asegurarse de ello, y así dijo que como un ser de una naturaleza distinta podía alterar el buen funcionamiento de la casa, que esperase tres días en volver a aparecer. El hecho prudente pareció bien, y a los tres días tanto él mimo como todos estábamos deseando que apareciera Isis, y llegando un momento después que mis padres hicieran oración, se me volvió a aparecer, yo la vi, y también la vio nuestro burrito, pero mi padre no, sin embargo mi madre se concentró y consiguió verla aunque según sus palabras con mucho esfuerzo.
Isis, quiso comunicarse con toda la familia, de tal manera que también fuera una amiga para mi madre, aunque no la viera, y después de varios días de intentos, lo consiguió, pero a mi padre no lo intentó, ni él mismo estaba interesado, pues decía en broma, que bastante tenía con dos mujeres en casa para tener una más, lo cierto es que se lo consultó en la Oración a EA, Madre de la vida, y esta le contestó que el contacto no era para él, sino para mi, y mi madre. Isis, en un principio se apareció en nuestra casa en un momento determinado, así que procurábamos estar a esas horas que ella había escogido para nuestra comunicación, empezó primero por ser apenas unos minutos, luego llegó a varias horas al día, y más tarde también a acompañarnos cuando estábamos fuera del hogar.
Lo primero que me enseñó Isis es cosas de su vida, así me contó que ella había sido hija de EA, Madre de la vida, me contó que ella siendo niña también había tenido compañía y que también había sido una mujer que había tenido una vida anterior, y que al parecer por ser niños el encargo de enseñar lo hacía EA, Madre de la vida a los cuerpos energéticos de mujeres, ya que tenían una mayor sensibilidad y comprensión, necesaria para tratar con el mundo de los niños.
Me contó que había vivido un mil años antes del momento en que estaba yo viviendo y que durante todo el tiempo de su vida física, estuvo haciendo el bien a los hombres y mujeres, menos los primeros años, de los cuales aun naturalmente no tenía conocimientos para poderlo hacer. Me contó cómo era su civilización anterior y también cómo había vivido durante todo el tiempo de una forma especial, cómo ella tenía una misión que cumplir, y estaba destinada a ser madre de un ser muy especial, y que luego por que falló aquel que tenía que ser el padre no se pudo conseguir.
Me contó cómo después de una vida intensa de preparación, cuando llegó el momento y esperaba al que sería su marido, este se malogró y tuvo un gran dolor por ello, pero que EA, Madre de la vida, dispuso que todo aquel esfuerzo se dedicase a curar el dolor de los demás, y así fue una sanadora, por energía, por plantas medicinales y por tierras.
Una de las cosas importantes que me enseñó y que durante toda la vida luego me sirvió de mucho fue, el ver las energías y el conocerlas, el saber cuales eran buenas para los hombres y los animales, y cuales por el contrario podía producir algún tipo de enfermedad. Me enseñó que todos los humanos y animales tenían dentro de si, un cuerpo igual que el de fuera, pero de energía, y que muchas de las enfermedades que se producen y que nosotros vemos en el cuerpo físico, son la consecuencia de que el cuerpo energético esta enfermo.
Muchas veces se ha dicho que los que se dedican a curar, curan las consecuencias, pero no aquello que produce esas consecuencias, y en muchos casos las causas son de origen energético, tan solo en aquellos casos en que son de origen mental, o en aquellos en que son producidos por parásitos externos, se escapan al grupo de las enfermedades de origen energético. Ella me enseñó a ver las energías, primero en los árboles, que es muy fácil de ver, luego en las personas, la energía que normalmente se llama aura y que se ve al igual que los árboles, pues es una energía exterior que envuelve a la persona o al árbol, y luego cuando ya veía muy bien estos aspectos, me enseñó a ver las energías a través de los cuerpos físicos.
Esta segunda parte, es más complicada que la primera, pero también es bastante fácil, a mi me enseñó poniendo a mi madre en la puerta y mirando desde dentro naturalmente esto hacia que su cuerpo quedara enmarcado en la luz que entraba desde fuera, y cuando yo estaba viendo eso ella me dijo, que mirase su vientre, mi madre estaba de espaldas, y vestida así que no podría verle su vientre, pero ella insistió y me dijo mira su vientre la zona de su ombligo y yo miré, y miré y vi, aquello me asombró y grité y dije lo veo, lo veo.
Mi madre que era ajena al experimento y que inocente se había puesto en la entrada por que así se lo había pedido, se dio la vuelta y me preguntó por la causa de mi excitación, y le contesté, te he visto el vientre, y ella pensó que tenía un roto en el vestido y cuando se vio que no era así, me dijo, estas segura, no estarás equivocada, pero yo la dije que hablase con Isis, y Isis me dijo que no, que le explicase yo lo que había visto
Fue interesante ver la cara de mi madre cuando le dije que le podía ver a través de su cuerpo físico, y me dijo, verás por que sé que eso es de Isis, no quiero que nada de lo que se le dice aquí, se pueda comentar aparte de con tu padre, con nadie más, pues no lo entenderían y creerían cosas que nos podrían traer problemas. Una de las cosas más importantes que me enseñó después fue el recibir energías para poder curar, de todos es sabido que la energía que uno tiene es insuficiente para curar a otras personas, así que se tiene que recibir para poder dar, pero la energía que se recibe se tiene que hacer en condiciones especiales.
Para recibir energía la persona tiene que estar en un estado mental de reposo y con ello el propio cuerpo físico también lo estará, luego tiene que llamar a la energía y esperar a que venga, es posible que todos hayáis entendido que llamar es pronunciar algún nombre o algo similar, pero no es así, llamar a la energía es permanecer en el estado de tranquilidad que se os ha comentado anteriormente, ese estado de tranquilidad mental, ha de hacer que de la propia mente emane una energía denomina madre, que tiene la virtud de atraer las energías superiores sobre aquel que la experimenta.
Así se me enseñó, y así luego cuando yo misma pedí ver la energía cuando venía hacia mi, como si fuera una bendición, la veía y también y yo misma experimentaba sus beneficios antes de que se la diera a la persona que estaba enferma. Cuando yo con mi poca edad hacía preguntas, pues se me juntaban los conocimientos, ella con una gran paciencia y mucho cariño, me aclaraba todo aquello que no entendía, y si algo no volvía a entenderlo, sabía que no tenía que insistir en ello, pues era que mi mente se había bloqueado. Me enseñó que tenía que ponerme en el suelo en una postura cómoda, sentada sobre mis talones, con las piernas ligeramente abiertas, para hacer con mis rodillas y mis pies un triangulo, rodillas separadas, pies juntos. Luego me enseñó que tenía que mantener el cuerpo en línea recta encima de los talones, y que mis manos relajadas tenían que tenerla encima de las rodillas.
Me enseñó cómo conseguir un estado de tranquilidad de forma rápida, y cómo hacer que este estado de tranquilidad pudiera seguir aun cuando luego me levantaba de mi posición de contacto con la energía, como ella lo llamaba, y así yo me levantaba y ponía las manos sobre algún enfermo y este experimentaba una mejoría de forma rápida, si la enfermedad no era muy importante y si lo era utilizaba agua y también arenas.
También me dijo, donde y cómo tenía que poner las manos, que es algo diferente a como lo hacen el resto de los sanadores, que luego he conocido al cabo del tiempo, yo siempre curaba las enfermedades tocando la cabeza y el cuello pero no sabían más.
Otra cosa importante que me enseñó fue el buscar plantas medicinales, por su energía, y no por si eran conocidas o no, así que al término de un tiempo yo tenía recogidas unas cuantas plantas, y con ellas reforzaba la sanación que hacía con la energía, es decir, con la energía sanaba el cuerpo energético y con las plantas medicinales sanaba el cuerpo físico, pues aunque existen enfermedades que son de origen energético solo, y con la imposición de manos es suficiente, no ocurre lo mismo cuando el problema existente, y es también de origen energético, y al mismo tiempo se ha estropeado el cuerpo físico, se tiene que hacer el doble de trabajo.
Así ocurría que cuando un enfermo tenía mucha fiebre unas veces con la energía se quitaba inmediatamente, mientras que otras veces se quitaba pero cuando la energía se perdía volvía otra vez la fiebre, pues no se había curado la enfermedad si no únicamente sus efectos.
También me enseñó a curar por medio de arena, tenía que ser una arena especial que se recargaba de energía y así al enfermo se le ponía las manos dentro de la arena, y esta mantiene durante mucho tiempo la energía y así el enfermo sin estar el sanador puede seguir el tratamiento.
Aquellas capacidades especiales que mi amada Maestra Isis, me había enseñado las tenía yo de forma dormida, al igual que le sucede a muchas personas, especialmente a aquellas que han vivido en lugares diferentes con energías también distintas, y las personas que son el cruce de dos razas, estas tienen mucha facilidad para controlar las energías y hacer el bien a los demás.
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